En Vivo

Etiquetas Agotamiento pandemia terapia

El 88% de los médicos y enfermeras que asisten en terapia a enfermos con COVID-19 tienen síntomas de agotamiento

El último informe de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva detalla también que el personal de salud sufre trastornos de sueño e irritabilidad. Más del 50% de las instituciones no cuenta con un “comité de bioética” para aplicar el “protocolo de última cama”. El 91% de las plazas en UTI están ocupadas y hay un 23% de pacientes con respirador mecánico en camas comunes por falta de plazas de alta complejidad.

18 de junio de 2021


La segunda ola de COVID-19, las características de contagiosidad de las nuevas cepas y la aplanada curva de casos, pero aún con números muy altos -ayer hubo 23.780 casos-, son un combo muy peligroso que hace que el sistema sanitario continúe sumamente estresado. El nivel de ocupación de camas de terapia intensiva, tanto públicas como privadas, es del 91%.

A esta cifra se le agrega un dato que acaba de ser relevado por la Asociación Argentina de Terapia Intensiva (SATI): el 88% del personal de salud “tienen signos de agotamiento”; son médicos intensivistas, enfermeros especializados, traumatólogos, anestesistas, entre otros especialistas que todos los días asisten a los pacientes internados en cuidados intensivos.

El 61,46% del personal se siente irritable y el 57,81% sufre trastornos del sueño, como consecuencia del estrés que viven, entre otras cosas, por tener que informar los fallecimientos diarios de enfermos a sus seres queridos.

Esto no es todo, los afecta la incertidumbre de no conseguir una cama de cuidados de alta complejidad para el 23% de los pacientes graves conectados a un respirador mecánico, que están alojados en salas comunes. El 75% de los internados en terapia en todo el país necesita ventilación mecánica, según el trabajo de la SATI.

Estos no son los únicos signos que afectan al personal de salud: el 36,46% de los trabajadores sanitarios que se desempeñan en terapia intensiva -según el relevamiento fechado el 11 de junio pasado- en algún momento se mostró “agresivo”; más del 36% también tuvo muestras de “impaciencia”, y el “ausentismo” del personal por esta combinación de factores llega al 30%.

Este combo es producto de 15 meses de pandemia, lapso en que no se consiguió incorporar el personal necesario para posibilitar el descanso de quienes están agotados; en el medio genera incertidumbre la alta ocupación de camas y el faltante (por alta demanda) de medicamentos de sedación para los pacientes intubados.

A pesar de esta situación explosiva que se vive dentro de las unidades de cuidados intensivos, “solo un 38% cuenta con un programa de soporte emocional para el equipo de salud dentro de la institución”, refleja el informe de la SATI.

Ocupación de camas y comité de bioética

Según el último relevamiento de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, la ocupación actual de camas en cuidados intensivos es del 91% en todo el país, un porcentaje muy alto que se mantiene desde el 14 de mayo pasado, cuando era del 90%, pero en ese momento el 58% de los pacientes estaban ingresados por coronavirus y el 42% por otras patologías.

La foto del 11 de junio revela que los enfermos por COVID-19 ocupan el 69% de las camas UTI, apenas un 3% más bajo que el relevamiento del 4 de junio, pero un 11% más elevado que el 28 de mayo, cuando era del 58%.

El trabajo, basado en la información estadística brindada por 192 unidades de terapia intensiva de todo el país, indica que hay 10 jurisdicciones con una ocupación mayor del 90%: Buenos Aires (93,09%), Catamarca (91%), Chubut (97,81%), Córdoba (95,7%), La Pampa (94,68%), Mendoza (98,18%), Misiones (93,4%), San Juan (95,89%), Santa Fe (92,57%) y Tierra del Fuego (92,59%).

Fuente: Infobae