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28 de junio de 2018


El proyecto incluía el uso de drones potenciado por energía solar de día y, de noche, por una batería. En 2016 se logró que la aeronave de prueba, que contaba con alas más anchas que las de un Boeing 737, estuviera en el aire a una altura de 914 metros, durante 96 minutos.

En total se hicieron dos vuelos de prueba, y en uno de ellos la aeronave perdió un ala durante el aterrizaje.

La idea era seguir avanzando en este proyecto para lograr crear una flota de drones que volaran en círculos haciendo transmisión satelital en áreas remotas a un radio de 48 kilómetros.

El fin de esta iniciativa implica el cierre de las instalaciones de Bridgwater, Reino Unido, que se estaba empleando para fabricar la aeronave. De todos modos, no se retiraron del todo del negocio.

La compañía explicó en un comunicado que continuarán trabajando con socios como Airbus en el desarrollo de plataformas de gran altitud (sistemas HAPS, por sus siglas en inglés) para conectividad, así como con otras tecnologías necesarias para que este sistema funcione como computadoras de control de vuelo y baterías de alta densidad.

A su vez, destacaron que seguirán con otras iniciativas como el plan de extender la fibra óptica en Uganda y el apoyo de programas como express wifi que implica el trabajo con operadores locales para extender la red a usuarios que no tienen internet.

 

Fuente: Infobae