A pocos días de finalizar su gestión y sin haber recibido señales de parte de los futuros responsables del Ministerio de Defensa, Oscar Aguad le concedió una entrevista a Infobae en la que realizó un balance de gestión y se refirió al rol de la UCR en Cambiemos.
¿Como militante y dirigente radical, cómo observa a su partido luego de la experiencia gubernamental dentro del frente Cambiemos?
-Fortalecido por esta gestión, ya que se reencontró con esa ancha franja de la sociedad que históricamente se sintió representada por el radicalismo. Quedó reafirmado además su carácter de partido nacional representando a las diversas regiones, culturas y poblaciones. La recuperación del sistema republicano, la independencia del Poder Judicial y la transparencia de los actos de gobierno, siempre han sido prioritarios para el radicalismo.
¿Podría sintetizar cuáles han sido, en su opinión, los aciertos y errores del Gobierno?
- Creo que el cambio de rumbo es lo más significativo de la gestión Macri. Más allá de que los resultados que siempre están atados a factores de coyuntura nacionales e internacionales, las condiciones impuestas por los mercados del mundo y la interdependencia fruto de la globalización. Pero sin lugar a duda el balance es positivo.
¿Cambio de rumbo?
-Cuando hablo de cambio de rumbo, me refiero a la posibilidad de ver la realidad tal como es y sin prejuicios ideológicos. El populismo que azotó durante tantos años al país desconoce los problemas, los esconde o disfraza y consecuentemente nunca los resuelve. A esto se debe el sistemático atraso de Argentina en los últimos 70 años. Macri puso la realidad sobre la mesa generando las condiciones para que el país produzca al menos lo que consume. En ese déficit radican el subdesarrollo y la pobreza, allí se esconde la inflación y el desbalance comercial, la falta de una moneda sólida, la insoportable presión impositiva y todas las demás razones que impidieron crear empleo y erradicar la pobreza.
Pero los resultados de la gestión no han sido los que se esperaban...
-Si la gestión se proyecta en el mediano y largo plazo, los resultados son altamente positivos. En primer lugar porque sabemos cuales son los problemas, luego porque muchos de esos problemas han sido solucionados. Por dar un ejemplo, se recuperó el equilibrio en el sistema político, se recuperó el funcionamiento de las instituciones, se bajó el gasto público en un 7%, se garantizó la libertad de prensa, el déficit fiscal se redujo en más de 6 puntos y la cuenta corriente del gobierno termina con superávit. Logramos el autoabastecimiento de gas y petróleo, se hicieron importantes obras de de infraestructura y nos volvimos a vincular con el mundo de manera inteligente. Si se insiste en este camino, el país podrá comenzar a cumplir con las expectativas de la gran mayoría de los argentinos.
¿Cuál cree que será el mayor desafío del nuevo gobierno?
-Mantener el rumbo, seguir reduciendo el inviable gasto público, llevarlo a valores razonables y lograr inversiones de calidad que den trabajo a los casi 400.000 jóvenes que se incorporan cada año al mercado laboral. Si fracasa en los dos primeros objetivos, el tercero es inviable.
¿No le está pidiendo al nuevo gobierno algo que el de Macri no pudo lograr?
-Esto es un proceso, lo que no se puede hacer es volver atrás y repetir los errores del pasado. Si Alberto Fernández tiene sentido estratégico y genera confianza, el país resolverá sus problemas mucho antes de lo que pensamos.
Fuente: Infobae
