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Luego de la pandemia, los barbijos podrían ser de uso normal, incluso una moda

13 de abril de 2020


Desde hace no muchas semanas, usar una máscara o barbijo era visto como una forma de desconfianza. Una persona que la llevaba en el espacio público generaba una serie de dudas: ¿Estará enferma? ¿Será contagiosa? ¿Estoy frente a un paranoico? Casi sin darnos cuenta todo esto cambió en la medida que la expansión del coronavirus Covid-19, ocupó nuestra cotidianidad.

Siguiendo este impulso, el canciller austríaco, Sebastian Kurz, anunció una nueva ofensiva en la lucha contra el coronavirus. Decreto que su país vive "la calma antes de la tormenta” y entre las medidas anunciadas, además de incrementar el número de tests, exención del trabajo obligatorio de personas en riesgo, cierre total de hoteles y pensiones, obligó desde abril la utilización de barbijos en los supermercados y áreas públicas. Incluso, más adelante, su utilización también se extenderá a los medios de transporte público.

Desde ahora en ese país los primeros supermercados distribuirán en el ingreso barbijos que serán obligatorios para usar dentro. En el transcurso de las próximas semanas, todos los supermercados deberán seguir la normativa. También se pueden usar máscaras de tela hechas por uno, que no protegen a la persona que lo usa, pero que aún así reducen el riesgo de contagio para quienes están cerca.

Si bien la OMS no se ha expedido acerca de la obligatoriedad de su uso, George Gao, el experto que lideró la respuesta de China al coronavirus, aseguró que no implementar el uso generalizado de máscaras para protegerse frente a la pandemia era un “gran error”.

Usar una máscara se ha convertido en una necesidad de salud, pero también en una prueba de convivencia ciudadana, como lo es mantener la distancia. Por otra parte, es una especie de casco de lucha, muchas veces precarios, de quienes están al frente de esta batalla, médicos, enfermeros y todo el personal sanitario. Pero también para empleados que atienden en negocios esenciales que buscan protegerse.

De la necesidad a la moda

En Francia, si bien aún no hay obligación para usarlas, las compañías de moda están multiplicando las iniciativas para contribuir a la producción de estos accesorios esenciales para la salud de los cuidadores. La fabricación de máscaras apura a todo el sector textil.

Pero además, durante la última Semana de la Moda de París, donde muchos invitados acababan llegaban de Milán o Nueva York, se vieron máscaras quirúrgicas clásicas, otras en microfibras negras, incluso rosa fucsia, otras decoradas con camelia blanca, muchas de ellas acompañando diseños increíbles de Balmain o Chanel. Algunos se rieron de eso, otros no tanto. “Todas estas personas que usan máscaras, me preocupa”, dijo un periodista para una revista de moda francesa antes del desfile de la Marine Serre.

Usar un barbijo está relacionado con una epidemia, como la gripe española de 1918, o las olas de cólera, viruela o difteria que ocurrieron en China en la primera mitad del siglo XX. En 1929, el periódico Xinwen Bao títuló una nota El accesorio más elegante de la primavera: una máscara negra , para alentar a la población a usarlo durante una epidemia de meningitis, según informa Huang Wei, investigador asociado con la biblioteca de Shanghai , en un artículo para el sitio chino Sixth Tone.

Desde entonces, su uso se ha vuelto más democrático en los países del sur de Asia, incluso más después de la epidemia de SARS en 2002, y la disminución de la calidad del aire en centros urbanos particularmente contaminados como Beijing, Tokio o Bombay. Usar una máscara es ahora un deber cívico y una forma de cortesía, pero que también ocupa un espacio para el diseño y la moda.

¿Que otros países obligan?

Así como en Austria, la República Checa o Eslovaquia han obligado recientemente a cubrirse la boca y la nariz con barbijos en ciertos espacios públicos. De esa manera siguen la medida de las autoridades sanitarias de países asiáticos, como China y Corea del Sur, donde su uso es una imposición amplia, pero además son los grandes fabricantes que las distribuyen por toda Europa.

En Alemania, si bien el gobierno de la Canciller Angela Merkel no ha realizado una recomendación expresa, hay ciudades como Jena, en el este del país, donde se anunció que dentro de varios días será obligatorio usar una máscara en los supermercados y en el transporte público.

Más allá de su naturalización y expansión, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades continúa desalentando el uso de máscaras faciales, señalando que "es posible que su utilización pueda aumentar el riesgo de infección debido a una falsa sensación de seguridad y un aumento contacto entre manos, boca y ojos mientras los usa ".

Esta situación no logró impedir que Eslovaquia, junto con varios de sus vecinos, proceda con su propio impulso para que los residentes las usen. De hecho, cuando el presidente Zuzana Čaputová juró en la nueva coalición de gobierno del país el mes pasado, cada nuevo miembro del escalón de poder más alto del país, incluido el nuevo Primer Ministro Igor Matovic, realizó su juramento portando un barbijo.

Pero quién fue más lejos fue el Primer Ministro Checo, Andrej Babiš. A través de un tweet señaló que le gustaría ver a los Estados Unidos seguir su ejemplo. El domingo, alentó al presidente Trump a usar una simple máscara de tela y “tratar de combatir el virus a la manera checa”.

Fuente -  Infobae