En los últimos años se produjo una grave pérdida de derechos para los adultos mayores. Según las proyecciones de INDEC, para el año 2019 serán casi 7 millones los habitantes de nuestro país mayores de 60 años, el 15,5% de la población total.
Uno de las causas más influyentes de este agravamiento es el excesivo incremento del precio de los medicamentos. La jubilación mínima en mayo de 2019 alcanzaba $10.410, lo que implica un aumento de 172% desde mayo de 2015. En tanto que la inflación de los medicamentos en el mismo periodo alcanzó 314%. Muy por encima del IPC registrado, que entre mayo de 2015 y el mismo mes de 2019 se ubicó en 159%.
Pero más grave aún es el aumento de medicamentos esenciales utilizados para enfermedades cardiovasculares que muestran un ascenso sideral como el Sintrom, anticoagulante necesario para evitar Accidentes Cerebro Vasculares, con un aumento de precio de 784%. Por su parte, El Atenolol, un fármaco para el tratamiento de hipertensión arterial, taquicardias y otras enfermedades cardiovasculares presentó un incremento del 677%. Y el Micardis, también indicado para el tratamiento de la hipertensión en adultos, subió un 532%.
Otros medicamentos utilizados por personas mayores de 60 años que se incrementaron muy por encima del promedio son: T4 Montpellier, fármaco utilizado para el tratamiento del Hipotiroidismo, que aumentó 633%; y el Bagó B1 B6 B 12, recomendado para estados de convalescencia o periodos postoperatorios, que tuvo un incremento del 507%.
El panorama es crítico si acotamos la comparación a los últimos 12 meses. Entre mayo de 2018 y mayo de 2019, las jubilaciones crecieron el 12%, la inflación está marcada en un 57%, mientras que los medicamentos se dispararon al 174%.
