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Divididos lanza "Haciendo Cosas Raras": "Este disco es una revancha"

23 de agosto de 2018


Correr las canciones del duelo. Ese parece ser el mensaje fundacional de “Haciendo Cosas Raras”, la regrabación de “40 dibujos ahí en el piso”, el primer y mítico álbum de Divididos, que ahora encuentra nueva vitalidad y le corre el velo al origen de la banda.

 

A 30 años de refundarse como músicos, de poner telas en la antigua sala de Sumo para que no pareciera tan grande y de tratar de exhumar el dolor por la muerte de Luca Prodan, Ricardo Mollo y Diego Arnedo siguen juntos haciendo la más maravillosa música.

“El primer disco está impregnado de todo ese dolor, pero acá están rescatadas las canciones”, cuenta Mollo antes de la escucha para fanáticos –simultánea en nueve provincias- que se realizó el lunes en La Trastienda. “Empezamos con Ricardo a hacer algo porque necesitábamos salir de ese momento terrible que fue la muerte de Luca y la pérdida de Sumo”, agrega Arnedo, con tono reflexivo, y sigue: “Todo lo que sea recordar ese momento es recordar cómo fue el entusiasmo para poder seguir”.

 

Guitarrista y bajista se encontraron devastados en una sala de ensayo con el único espíritu de lograr sanar mediante la música, de continuar el camino que habían emprendido juntos una década atrás. Estaban ellos dos solos y una batería electrónica. Bajo ese dolor nacieron las canciones de su álbum debut, que grabarían en 1988 junto al baterista Gustavo Collado. Tres décadas después, habiéndose convertido en una aplanadora artística, tomaron la decisión de darle mayor justicia a aquellas canciones con el galope de Catriel Ciavarella, miembro desde 2004. “Fue difícil moverme de la estructura de las canciones porque lo escuché mucho y para mi está bien así”, recalca el baterista, cuyo trabajo a lo largo de las 11 canciones que componen el disco es monumental. Una pared de sonido que por momentos abruma.

Cómo suena "Haciendo Cosas Raras"

“Los sueños y las guerras” muestra el primer cambio. La banda tuvo que alterar el orden de las canciones, el nombre y el arte de tapa por una cuestión legal, pero todo fluye de mejor manera. Donde antes estaba “Camaron Bombay”, ahora la base atronadora de Arnedo/Ciavarella deja atrás todo atisbo de funk para convertir el tema en una escalada monstruosa de sonido. Una pared perfectamente construida alrededor de la chispazos guitarreros de Mollo. El disco fluye, gana en sensibilidad y posiciona al oyente en un lugar emocional, climático.

 

“Che, qué esperás” es la descarga furiosa en clave hendrixiana de Mollo. En “40 dibujos” hay mayor distorsión y fuzz, pero acá la guitarra está pasada por el filtro marca Seattle del icónico guitarrista. Mollo canta con convicción, enfatiza las palabras y pone su voz al servicio de una canción demoledora. Los temas de este disco ganan vitalidad y cobran asombroso realismo. Tracks nacidos desde el dolor, el duelo y la pérdida de Luca Prodan puestas a dialogar con la versión 2018 de Divididos, que los encuentra celebrando 30 años con la convicción de que haber elegido la música como forma de arte fue el camino correcto a adoptar.

 

“Gárgara Larga” representa una de las grandes readaptaciones de los clásicos del disco. Ya no hay arpa y la trompeta de Gillespi fue reemplazada. La canción, puesta en 2018, sigue sonando abrumadora y la letra se cuenta entre las mejores que ha escrito el tandem.

 

En “Haciendo Cosas raras”, el hit del disco casi infaltable en los vivos de la banda, las guitarras juegan un papel rítmico súper interesante –la acústica tocada en plan percusión- mientras Arnedo filetea melodías desde el bajo. La banda se debatió entre regrabar o no “Light My Fire”, el clásico del primer disco de The Doors y único cover del disco. Tras una pared de equipos vintage, la banda construye una odisea desértica que se asemeja a la versión de “Indio, deja el mezcal” que realizan en los shows de teatros. Acá se ve otro de los aciertos de la regrabación: la interpretación de Mollo es clara y vital para potenciar la canción, que suena moderna sin perder su espíritu aventurero.

Otro de los temas que gana en actualidad es “¿De qué diario sos?”, que parece haber sido compuesta en los últimos seis meses y deja en claro, una vez más, la postura de no resignación de una banda que siempre ha estado del lado de los buenos. “Caballos de la noche” es la reinterpretación de “La Foca”, el instrumental del disco. Durante la escucha en La Trastienda, un fan le reclamó a Arnedo haberle puesto letra. ‘Escuchá bien la letra’, le respondió el bajista. ‘Sueña, sueña, olvida el dolor” reza el estribillo y deja en claro lo que tuvo que pasar la banda para salir del abismo del duelo que provocó la muerte de Prodan. El final es con ‘Camaron bombay’, que pasó de tener tres versiones en el original a ser un reggae intervenido por los solos de guitarra de Mollo.

 

Disponible en tiendas digitales desde este viernes, la banda ya está tocando estas canciones en sus recitales por el interior, antes de desembarcar el 15 de septiembre en el Hipódromo de Palermo, en lo que será su show más grande desde el que hicieron en la cancha de Vélez en 1994.

Fuente: TN