Ante la aparición incluso en lugares poco habituales, de yararás especialmente, el biólogo Maximiliano Attaderno, explicó cómo hay que reaccionar, por qué pasa esto y cómo distinguir la venenosa de la inofensiva.
“La serpiente o este animal que es la yarará grande, es autóctono, típico de zona de bañados, se lo encuentra cerca de los cuerpos de agua, después de este invierno se mueven, salen de sus lugares donde han estado en letargo, porque son de sangre fría, necesitan de altas temperaturas para termo regular, nosotros podemos mantener el calor” y también “es probable que en estas épocas los animales se movilicen, las grandes quemas en islas y humedales, hace que cada vez estemos arrinconando más a nuestras faunas, y particularmente salen ahora. Si bien necesitan el calor, el exceso también es malo”.
Ante cómo actuar al enfrentarlas, Attaderno explicó que “sabemos que la yarará nos genera miedo y desconfianza y el comportamiento es matar, es preferible alejarse y llamar a especialistas, para que puedan retirarla, por querer eliminarlas puede haber una mordedura”. “Estos animales cumplen función y son valiosos en el ecosistema. El veneno que tienen lo usan para cazar, tienen una adaptación que son fosetas al costado de la boca y adentro tienen termo receptores y van a la espera de algún roedor, pájaro, cuando muerden siguen a la presa, gastan mucha energía pero ante un problema se protegen y atacan”.
Finalmente, sobre las diferencias, el especialista dijo que “la yarará, la verdadera, tiene cabeza triangular, pero en ambos costados del cuerpo, tiene figuras en forma de riñones”.
