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Reino Unido: se multiplican los "bancos de calor" para combatir la crisis energética

Debido al aumento de los costes, el 60% de los británicos tiene que restringir su calefacción, y uno de cada cinco ni siquiera puede encenderla

03 de enero de 2023


Con motivo de los aumentos de los costos de la energía, en el Reino Unido están surgiendo "bancos de calor" por todo el país: lugares públicos abiertos a todo el mundo para calentarse.

Todos los viernes, unas 10 personas se reúnen en el centro comunitario de Nechells, al noreste de Birmingham. Entre sus dos trabajos, Yunfang viene con regularidad, en lugar de quedarse sola en casa durante el día. "Aquí hace más calor que en casa. Hace demasiado frío en mi casa. Cuando mi marido trabaja, cuando los niños están en el colegio, no enciendo la calefacción para mí", dice.

Junto a la joven, Bea mordisquea una galleta. Dejó de trabajar tras sufrir un derrame cerebral. Viene aquí para disfrutar de la compañía y de la calefacción. "Tengo un temporizador en la caldera, se apaga automáticamente por la mañana y sólo se vuelve a encender por la noche. En el mismo periodo de tiempo, ¡mis facturas se han duplicado! Es difícil", se lamenta.

En la zona de Birmingham, casi la mitad de la población no puede permitirse pagar una calefacción adecuada. Beth Bailey, directora de Nechells Pod, es muy consciente de los retos a los que se enfrenta la zona. "A las personas que atendemos aquí les afecta mucho este problema", afirma Beth Bailey. "Los que están trabajando lo hacen para plataformas, como Uber, o con contratos precarios, y no tienen unos ingresos estables o elevados. Aquí, nuestra trabajadora social es asesora energética, puede ayudarles con el proceso de obtención de ayudas", añade.

Este invierno se han puesto en marcha varias plataformas para identificar 4.000 warm spaces (espacios cálidos), iglesias, gimnasios con calefacción abiertos al público. No es la primera vez para Nechells. "Es algo que siempre hemos hecho, la única diferencia es que este año tiene un nombre y hemos podido conseguir algo de dinero para cubrir las facturas. Siempre estamos abiertos durante el día, cualquiera puede venir, prepararse una taza de té, calentarse, cargar el móvil... cualquier cosa que pueda suponer un problema en casa", precisa Beth Bailey.

Las subvenciones proceden de las asociaciones, pero el ayuntamiento aún no ha participado. Los políticos acogen con satisfacción esta solidaridad, pero el movimiento contra la pobreza energética teme que la necesidad de warm banks (bancos de calor) se convierta en permanente, afirma Alexandra Considine, de Fuel Poverty Action.

"Los bancos de calor no deberían existir. Sabemos que hay mucha gente comprometida, que hace todo lo posible para que sus vecinos no pasen frío. Pero creemos que esto no es sostenible. No podemos seguir así. Deberíamos haber invertido en renovables hace mucho tiempo, deberíamos tener una tarifa energética progresiva, para que usted y yo no tengamos que pagar tanto por unidad como el propietario de un chalet o una piscina", denuncia.

 

Fuente: RFI