En febrero de 2022, el Papa Francisco dio inicio al simposio sobre sacerdocio: cercanía con Dios, cercanía con los obispos, cercanía entre sacerdotes y cercanía al pueblo son los cuatro puntos centrales del mensaje de Francisco. En su discurso, el Sumo Pontífice se refería a la crisis que atraviesa la Iglesia Católica respecto a la falta de sacerdotes.
"Discernir la voluntad de Dios es aprender a interpretar la realidad con los ojos del Señor, sin necesidad de evadirnos de lo que acontece a nuestros pueblos y sin la ansiedad que lleva a querer encontrar una salida rápida y tranquilizadora de la mano de una ideología de turno o una respuesta prefabricada, ambas incapaces de asumir los momentos más difíciles e inclusive oscuros de nuestra historia" y sigue "en este contexto, la vida sacerdotal también se ve afectada por este desafío, y un síntoma de ello es la crisis vocacional que en distintos lugares aflige a nuestras comunidades".
En la Arquidiócesis de Santa Fe hay varias parroquias, sobre todo barriales, que no tienen cura designado debido a la escasez de sacerdotes. Al ser consultado por esta situación, el Vicario general, Marcelo Blanche, explicó que en los últimos 30 años disminuyó la cantidad de seminaristas. En la década del 90 solía haber entre 40 y 45 seminaristas, pero hoy sólo hay 15 y un grupo que se suma de la Diócesis de Rafaela, por lo que llegan a 21; en 2023 ingresan tres.
"La preocupación es esa, a la larga se nota en la cantidad de sacerdotes que va a haber en la ciudad y en el interior", aseguró. Así mismo, manifestó que la permanencia y egreso de los seminaristas es alto, en relación a años anteriores. "Antes que había más cantidad, abandonaban más; ahora, cuando un chicos tiene algunas inquietudes vocacionales, intentamos que haga una experiencia de retiros vocaciones en el Seminario. Eso ha ayudado a que los que entran, entran más convencidos, o al menos sabiendo cuál va a ser esta realidad del Seminario".
Según Blanche, la falta de sacerdotes también está relacionada a la ampliación de las ciudades y la conformación de nuevas parroquias barriales, como así también, otras demandas de la vida sacerdotal en hospitales, en escuelas, etc. En algunas parroquias, de tres o cuatro misas se redujeron a una sola por semana o, incluso, ninguna; aunque garantizan la los sacramentos.
Una situación similar se pueden observar en las congregaciones religiosas y hay muy pocas monjas. "Muchas congregaciones estaban en colegios y vemos que en Adoratrices, en el Huerto no quedan tantas religiosas. También estamos acompañando a una comunidad que se dedica a los enfermos y van quedando personas mayores".
