Una granizada con antecedentes muy antiguos se precipitó en la noche del lunes luego de una fuerte tormenta de viento y lluvia que ya había provocado daños por la tarde en la ciudad.
Si bien todo comenzó con piedras pequeñas, con el correr del tiempo, en algunas zonas, el fenómeno tomó magnitudes pocas veces vistas en Coronda.
A partir de la noche de este lunes restará la evaluación de los quinteros y frutilleros que siempre se ven afectados por este tipo de fenómenos en medio de una cosecha de frutillas que «de por sí» ya fue compleja.
Ya en la tarde la preocupación comenzó a cundir sobre los habitantes de la ciudad por el fuerte viento que provocó voladura de techos, caídas de postes, corte de energía y anegamientos.
Pero entrada la noche, los «memoriosos» comenzaron a hacer cuentas de cuánto hace que la ciudad no soportaba un temporal de estas magnitudes.
