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Tamberos e industriales confían en una recuperación del sector lechero

La decisión del Gobierno nacional, que implica eliminar por completo y de manera definitiva las retenciones a las exportaciones de lácteos, podría darle a la lechería una dinámica que hace tiempo no tenía

31 de julio de 2024


La semana pasada en el marco de la Exposición Rural, el economista Jefe de la Sociedad Rural Argentina, Ezequiel de Freijo, describió el presente de la lechería nacional y fue contundente: “Estamos ante la posibilidad de que el sector, luego de muchos años de estancamiento, pueda comenzar -con estabilidad macroeconómica y normalización de mercados- a construir la confianza que necesitan los inversores para ver a la actividad láctea como un lugar para invertir”.

Luego agregó que “la recuperación, luego del proceso de ajustes relativos, va a venir de la mano de esas condiciones macroeconómicas, de la recuperación del ingreso real y una mayor inserción internacional”.

La buena noticia, como para darle un mayor incentivo al rubro, llegó en el cierre de la muestra cuando el Gobierno anunció que extenderá “de forma indefinida y permanente la eliminación de los Derechos de Exportación (DEX) al sector lácteo con el objetivo de asegurar previsibilidad y promover la competitividad en toda la cadena”.

Pareciera que se alinearon los planetas y finalmente la lechería -después de más de treinta meses de resultados negativos- podría comenzar a recorrer un sendero de recuperación productiva y económica. Las políticas implementadas, donde la intervención de los mercados estaba a la orden del día (precios cuidados), generaron consecuencias casi irreversibles, como por ejemplo la desaparición de 38 tambos en sólo un año, una caída del 6% del stock, menor oferta de lácteos y unas 100 mil vacas menos que se enviaron a faena.

Optimismo en el sector primario
El reacomodamiento de precios relativos -como la demanda lo decide-, podría generar un ciclo virtuoso para la producción láctea. Alejandro Sammartino, consultor y experto en lechería, explicó a Ámbito que el eslabón de la producción mejoró su situación económica si se tienen en cuenta los precios que recibía por la materia prima hace un año. “Hoy el litro de leche se paga U$S 0,44 y ese es un precio muy bueno. Los valores comenzaron a ralentizarle luego de las subas del primer semestre pero los precios relativos actuales en términos del maíz y la soja, son muy buenos”.

Según Sammartino, “la producción registró una caída de casi 13% en el primer semestre pero comenzó a atenuarse. De hecho, en el mes de junio la caída alcanzó 7% y con respecto a mayo, representa una suba récord, porque aumentó casi el 10,5%. Eso marca un alza estacional firme y conduce hacia la recuperación de los litros perdidos. Además, este crecimiento -midiendo de mayo a junio- es el más alto de los últimos 40 años, con lo cual es un indicador de que la tendencia está cambiando de manera muy fuerte”.

A corto plazo, lo que hay que observar es la capacidad de pago que tienen las industrias. En este sentido, Sammartino detalló que “hoy la capacidad de pago de la leche en polvo exportada a U$S 3.600 dólares, se ubica en 36 centavos. Esa diferencia nos indica que para la primavera el precio de la leche -medido en pesos- se va a ralentizar para que baje en dólares. Si bien habrá que seguir de cerca lo que ocurra con el tipo de cambio, veo un escenario de tranquilidad, con incrementos en la facturación de los tambos.

Según pudo relevar Ámbito con distintos productores lecheros, el cambio de aire le vino bien al sector productivo en general y por supuesto al sector de los tambos en particular. Después de la caída productiva de los últimos años, la tendencia se revirtió y eso se debe en gran medida a las condiciones actuales y a las promesas que realizó la actual gestión de gobierno.

En tanto, desde el sector industrial hay opiniones diversas. Ercole Felippa, titular del Centro de la Industria Lechera (CIL) aseguró a Ámbito que “la medida que el presidente anunció en realidad esta vigente. Se había tomado en la gestión de gobierno anterior y se fue renovando. Es positiva y ayuda, sin embargo estamos en un contexto bastante complicado, como siempre ocurre con la lechería”.

Según Felippa, al analizar los valores de los productos lácteos que se exportan, como la leche en polvo (casi el 50% de nuestras exportaciones lácteas es leche en polvo) aún con niveles de precios dentro de los niveles históricos, que rondan los U$S 3400 por tonelada, la venta al exterior genera quebrantos en la industria y eso se lo atribuyen al precio que se paga por la materia prima, al tipo de cambio y a otras cuestiones propias de los costos del negocio.

Para el sector industrial, con quebranto en las exportaciones y un mercado interno deprimido con una caída fuerte en el consumo, el panorama es complejo y de alguna manera confirma el pronóstico de Sammartino en cuanto a que durante los próximos meses el precio al productor se acomodaría hacia abajo.

En tanto, Pablo Villano, titular de Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (APYMEL), aseguró a Ámbito que “hace un año que se trabaja sin retenciones y eso es muy positivo. Además hay otras medidas que favorecerán al sector, como la baja anunciada del impuesto PAIS, ya que en nuestro rubro se requieren insumos y mucha maquinaria importada”.

Villano destacó como un gran logro los créditos renovados que ofrece la Dirección Nacional de Lechería junto con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), que se otorgan a valor producto. Era un pedido de larga data en el rubro y es un paso fundamental para lograr mejoras en la tecnificación de los tambos. El siguiente paso será avanzar en el mismo sentido con las industrias, con lo cual la idea del sector -con el apoyo gubernamental- es avanzar hacia un escenario de mayor productividad tras años de estancamiento y concentración del negocio.

Las señales son positivas y si la macroeconomía acompaña, tal como dijo Sebastián Alconada, actual director nacional de lechería en el marco de la Exposición Rural, “si vemos la película a largo plazo tenemos un escenario de crecimiento para los próximos diez años y de muchas oportunidades. Tenemos que trabajar para mejorar la industria y la producción y aprovechar todas esas oportunidades”.

Con ánimo renovado y medidas que lo benefician, el sector lácteo podría comenzar a transitar un sendero de recuperación. El futuro es prometedor, y el presente desafiante.

 

Fuente:  Ambito