El 15 de abril de 1953 en un discurso multitudinario en la Plaza de Mayo, el entonces presidente de la Nación, Gral. Juan Domingo Perón decía, entre tantas frases que quedaron para el recuerdo: “El hombre es bueno, pero controlado es mejor”.
En estos días se conoció a través de Veo Noticias en la columna del periodista Héctor Galiano, que el gobierno provincial ha enviado a través de Whatsapp o correo electrónico, a todos sus funcionarios –desde lo de mayor rango hasta los más baja escala- un pedido formal para que aporten ciertos datos y entre ellos, curiosamente, todos los usuarios de redes sociales que utilicen –Facebook, Instagram, Tik Tok, etc.- con un tiempo perentorio para hacerlo.
De hecho la solicitud está “colgada” en la página oficial del gobierno santafesino. «La idea de empezar a reforzar la comunicación en redes, estamos armando un directorio oficial con las redes sociales de los funcionarios del gobierno provincial para optimizar nuestras estrategias de comunicación», justificaron desde Comunicación Social del Gobierno, que instruyó a las áreas de prensa de todos los ministerios a bajar el pedido en cada cartera, de acuerdo a lo informado por el periodista santafesino. Sin embargo, en off, se explicó que el pedido obedece a la necesidad de una mejor organización en la comunicación interna por lo que se sospecha que la pretensión real es hacer ciberpatrullaje sobre las expresiones y opiniones personales de los funcionarios y también, por qué no, evitar “deslices ideológicos”.
También en voces bajas de pasillo, las reacciones no fueron homogéneas, sino que algunos consideraron que se trata de un método de control y o vigilancia “que roza incluso con la libertad de expresión” y que, parafraseando “al General”, hace que el bueno no deje de serlo aunque desde el lado oficialista pidieron “no hacerse la cabeza, esto es un método de ordenamiento y nada más”.
La Cibervigilancia o Ciberpatrullaje son estrategias que tienen los Estados en distintos lugares del mundo para aplicar una política de control virtual para ordenar el discurso o la narrativa de la gestión. En países como Francia fue usado mediante programas sofisticados para reprimir la libertad de pensamiento y la libertad de opinión en redes sociales y fue usada en contra del presidente Emanuel Macrón.
