El Gobierno de Australia ratificó hoy las medidas de aislamiento por la pandemia de coronavirus pese al pedido de flexibilización del número 1 del ranking mundial, el serbio Novak Djokovic, a raíz de los casos que se registraron y por los que fueron aislados 72 competidores del Abierto de aquel país por ser considerados contacto estrecho.
"Aquí no hay ningún tratamiento de favor. El virus no trata a nadie de manera especial, por lo que nosotros tampoco", dijo el primer ministro del Estado de Victoria, Daniel Andrews. Djokovic solicitó cambios en las reglas para la cuarentena de Melbourne, entre los que se encontraba la reducción de los días de aislamiento para los tenistas que viajaron en contacto con alguna persona que luego dio positivo.
El sábado, el mundo del tenis quedó revolucionado porque la organización del Australian Open anunció que al menos 47 tenistas, entre ellos los argentinos Diego Schwartzman, Guido Pella y Juan Ignacio Londero, deberían quedar 14 días aislados en sus habitaciones de los hoteles oficiales, por la aparición de tres casos de coronavirus en los aviones que los trasladaron.
Este domingo, además, se informó que otro vuelo chárter, que llegó desde Doha, presentó un caso positivo al arribar a la ciudad de Melbourne, por lo que las leyes sanitarias del país consideran a todos los que compartieron viaje como "contactos estrechos".
Los más de 70 tenistas no podrán salir de sus habitaciones de hotel durante 14 días hasta que sean dados de alta y su única forma de entrenar será mediante el uso de bicicletas estáticas instaladas en ese lugar.
os 15 vuelos chárter -que arribaron en un lapso de 36 horas hasta este sábado a la mañana- y las llegadas anticipadas son parte del intento de la Federación de tenis de Australia para que se lleve a cabo el torneo pese a la prohibición de llegadas internacionales a la nación. De hecho, modificó su fecha en el calendario del circuito profesional y dará inicio el 8 de febrero, para que los y las tenistas puedan cumplir un período de aislamiento de 14 días, en el que solo podrían entrenar fuera de sus habitaciones durante cinco horas cada jornada.
