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Ley de Bases y paquete fiscal: el Gobierno teme que los cambios no sean suficientes y que se requieran más de dos dictámenes

Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei, fue informado por senadores oficialistas sobre el complejo panorama en el Senado. La Casa Rosada busca textos blindados y sin disidencias antes de llevarlos al recinto.

21 de mayo de 2024


La Ley de Bases y el paquete fiscal serán modificados en el Senado y, en una segunda revisión, regresarán a Diputados. El problema radica en el temor del Gobierno de que los numerosos pedidos de cambios acumulados en las últimas horas no sean suficientes en la negociación con la oposición "dialoguista", lo que podría llevar al peor escenario para La Libertad Avanza en la Cámara alta: más de dos dictámenes y una posible sesión de extrema complejidad.

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En las últimas 48 horas, Eduardo "Lule" Menem, mano derecha de la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, evaluó el panorama. Con la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, apartada de la negociación detallada -tras haber cometido el error de advertir al Ejecutivo, junto a un equipo de trabajo discreto y serio, que no apresurara el debate por falta de votos-, el funcionario convocó a legisladores oficialistas para conocer de primera mano la situación en la Cámara alta.

De los encuentros de Menem con senadores -algunos llevados a cabo en la Casa Rosada- surgió una premisa: que la firma eventual de los dictámenes se realice con las mínimas discrepancias posibles, lo cual parece improbable dado las demandas de la oposición y la posición del Gobierno, que, si bien está abierto al diálogo e insinuó disposición para hacer ajustes, no desea que se redacten leyes completamente nuevas.

La jornada de ayer arrojó una serie de temas que requieren reconsideración en relación con las dos leyes. Por ejemplo, la UCR centró sus observaciones en el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), con el objetivo de mitigar posibles impactos negativos en la industria local; también expresaron preocupaciones sobre el blanqueo, no solo en cuanto a los años anteriores que deben considerarse, sino también en relación con la exclusión de familiares de funcionarios y las restricciones sobre el uso de criptomonedas.

Otro tema de controversia es el debate en torno al Monotributo Social que tuvo lugar en Diputados. Durante las más de dos horas de reunión entre los radicales, también se aprovechó para plantear la necesidad de un tratamiento acelerado de las jubilaciones, una prioridad compartida por la Cámara baja, así como para proponer un aumento en los fondos destinados a las universidades.

La lista de sugerencias se amplió con los requisitos planteados desde el peronismo disidente, que advirtió al Gobierno sobre la reinstauración de Ganancias, una cuestión pendiente, a menos que una facción del kirchnerismo colabore en una votación específica, tal como lo hicieron algunos legisladores en Diputados.
 
Durante la jornada de ayer, al menos dos senadores experimentados de la oposición expresaron sus inquietudes a la UCR. Esta última, en conversaciones privadas, insinuó que comenzaría a redactar un dictamen por su cuenta si el Gobierno no acepta la totalidad o gran parte de sus propuestas.
 
Si esto sucediera, la situación implicaría al menos un informe de rechazo total del oficialismo y otro del kirchnerismo, este último posiblemente en mayoría. Por este motivo, se observaron movimientos frenéticos en las últimas horas tanto desde la Casa Rosada como desde funcionarios como José Rolandi, segundo al mando de la jefatura de Gabinete, quien fue visto nuevamente en el Senado por la tarde.
 
Mientras tanto, hay gobernadores que instan a sus legisladores a mantenerse al margen y a no revelar ninguna postura. La discusión en comisiones se prolonga debido a las extensas exposiciones y continuará mañana, con pocas expectativas de que se llegue a un acuerdo sobre los dictámenes. Mucho menos se vislumbra un consenso en el recinto, donde algunas fuerzas necesitan responder a los mandatarios provinciales pero ruegan no respaldar cuestiones difíciles de aceptar, como las facultades delegadas.