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"Las Espartanas" se abren camino en las cárceles argentinas

17 de octubre de 2020


Las Espartanas, el primer equipo femenino de rugby surgido de una cárcel bonaerense, se originó hace cuatro años a partir del trabajo de la Fundación "Espartanos" en la Unidad Penal N° 48 de la localidad de San Martín, que trascendió los muros y llevó a la entrenadora Carolina Dunn a encabezar el proyecto que busca romper prejuicios.

"Me iba a ir a la selva misionera, pero un amigo me dijo que a veces para ayudar no hace falta irse tan lejos y me presentó la propuesta de Espartanos. Yo juego al rugby, así que me invitó a ir, por lo que conocí y jugué con los chicos, que estaban enloquecidos porque era la primera vez que veían a una mujer jugar", contó Dunn a NA.

En la misma línea, siguió: "Cuando salimos, surgió la idea de empezar con el femenino. Me reuní con el director del penal para arrancar con Las Espartanas en la Unidad 47, que es un anexo, con un grupo de voluntarios que se sumaron al equipo. Le pegamos duro y derecho durante dos años con alrededor de 15 o 20 jugadoras".

"Incorporar la cultura del rugby y el programa ayudó muchísimo para que esas mujeres cambien en varios aspectos de su vida. Como era un grupo reducido, podíamos trabajar una por una con mi voluntaria estrella, que es Sofía Olmos, quien me acompaña casi desde el arranque", manifestó Dunn.

Las tareas que llevaron a cabo en ese tiempo permitieron que en 2019 se abriera el primer Pabellón de jugadoras, que luego comenzó a expandirse hacia otras unidades, aunque la pelea no sólo era contra la violencia, sino que debieron enfrentar el machismo que abunda en diferentes ámbitos.

"Todo el mundo me dice que estoy muy loca, pero hemos hecho cosas dentro de la unidad que son maravillosas y demuestran que se puede. Hoy con el Servicio Penitenciario trabajo codo a codo, está bueno poder decir que en la actualidad tenemos todo el apoyo y nos dan el espacio necesario para poder desarrollarnos", precisó la entrenadora, de 45 años.

En cuanto al trabajo de la Fundación, Dunn consideró: "Dentro del penal, los pibes y pibas siempre se preguntan ¿por qué yo, por qué me va a pasar algo bueno a mí? No pueden ver mucho más allá de la realidad que viven, por eso es necesario demostrarles que si lo intentan y se esfuerzan, pueden lograr lo que se propongan. Le cambiás la mirada en la vida en general".

En la actualidad, varios "espartanos" y "espartanas" que recuperaron su libertad se encuentran trabajando en el programa "Buenos Aires Presente", en paradores con gente en situación de calle.

"Tengo a cargo a 15 ‘espartanos’ y una ‘espartana’ que trabajan en el acompañamiento de esas personas. No puedo explicar lo que explotaron su potencial, ahora están en el otro lugar, del lado de enfrente, y se dan cuenta de las capacidades que tienen. Se ganan el mango todos los días y aman lo que hacen, nacieron para ese laburo, pueden manejar un montón de situaciones con una naturalidad que no cualquiera puede hacerlo", resaltó.

En ese sentido, pidió "dejar de mirar el árbol para empezar a mirar el bosque": "El de la fundación es un trabajo súper integral, no sólo tiene que ver con darle la oportunidad a otra persona de ser, por primera vez en su vida, también es para que haya un delincuente menos en la calle", afirmó.

Por último, Dunn se refirió a su rol en las cárceles y aseguró que no lo cambia "por nada": "Muchas veces te llevás más de lo que das, entendés y aprendés otras cosas. No es fácil y hay que tener ganas de hacerlo, pero el cambio y lo que se genera es maravilloso. Me siento una agradecida".

"Más allá del rugby, para mí el objetivo ya está cumplido. Yo fui sin pensar mucho en qué era lo que iba a hacer, pero a través de ellas descubrí otro mundo. Tanto las que están adentro como las que están afuera, se superan todos los días. Se despertó en ellas un amor real por algo, que es el rugby, y tiene que ver con el trabajo que hacemos. Quieren empezar de nuevo y bien", finalizó.

Fuente: Noticias Argentinas.