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Detención y apremios ilegales a diaguitas en Catamarca

24 de abril de 2020


Por Ricardo Serruya

 

El sábado a la noche el celular interrumpía la sobremesa: “detienen y reprimen a integrantes de la comunidad diaguita en Aconquija, Catamarca. Hay varios detenidos” decía el mensaje de WhatsApp. Con el paso de las horas las precisiones detallaban que una quincena de personas, hombres, mujeres y hasta ancianos habían sido reprimidos y detenidos.

Una vez más, integrantes de pueblos originarios sufrían el escarnio por defender la tierra. Un cacique y miembros de la Comunidad Originaria Diaguita Aconquija eran detenidos cuando se encontraban realizando un corte de rutas, en el denominado Puente de las Chacras, para impedir el ingreso de camiones “paperos”, que querían ingresar, en plena pandemia, sin cumplir las medidas sanitarias.

Desde hace años el Serpaj (Servicio de Paz y Justicia) representa legalmente a la comunidad. El caso fue seguido por la abogada Mariana Katz quién relató a este periodista que en la siesta -tarde del sábado “la Comunidad Originaria Diaguita Anconquija y personas del pueblo deciden cortar el acceso ya que se encontraban preocupados por el interés superior de la salud pública de toda la población de la comunidad y de la población en general, especialmente siendo que en la provincia de Catamarca no hay casos de Covid -19, mientras que sí los hay de donde provienen los terratenientes paperos, de Tucumán”.

La detención es un eslabón más en una cadena de conflictos que la comunidad mantiene con el intendente de la ciudad y terratenientes tucumanos que se apropiaron ilegalmente de tierras avasallando derechos previos.

Los “paperos”, como se los llama a los trabajadores de la tierra contratados por terratenientes tucumanos, llegaron a un acuerdo con la Justicia para circular libremente ya que se trata de un servicio indispensable. Pero su recorrido debe ser dirigiéndose directamente a los campos sin pasar por el pueblo, hecho que están violando.

Tomás Alberto Zamorano es el cacique de la comunidad Diaguita y relata que el conflicto se genera por la situación de pandemia que se vive y que ante los paperos, "querían ingresar continuando con sus negocios a desmedro de la población y de las familias de Aconquija", asegura.

-¿Usted fue a cortar el puerto?

- Decidí acompañar una convocatoria del pueblo participando y apoyando con la comunidad en este reclamo justo. Ya habíamos participando en otras ocasiones cortando, ya que los tucumanos querían ingresar de cualquier manera, con permisos arbitrarios con la excusa de tener que sacar las papas. Hicimos un corte donde se logró que el intendente tome conocimiento pero no obtuvimos respuestas. Durante todo un día estuvimos allí, nos decían que nos fuéramos, pero no lo íbamos hacer porque defendíamos la salud de nuestro pueblo”.

La comunicación con Zamorano es telefónica. De hablar pausado, relata lo vivido como si se tratara de una antigua crónica periodística, contando todo lo que sucedió, dando detalles y alerta sobre un caso de apremios ilegales: “A la mañana fue al corte un grupo de infantería y nunca quisieron dialogar con nosotros, solo fueron a detenernos. Fuimos detenidos a las 15:30 aproximadamente nos llevaron a la comisaría durante todo el camino pegándonos y maltratándonos, había mujeres, un hombre grande de 71 años . Eramos 14, nos llevaron a la rastra los de infantería. Estuvimos arrodillados 3 o 4 horas contra la pared, con las manos en la nuca, sin posibilidad de darnos vuelta, sin dejarnos llamar a un abogado o un familiar. Se nos mantuvo incomunicados en una celda de dos metros por dos metros y medio, estábamos 12 varones, toda la noche, sin ninguna respuesta, escuchando manifestaciones de desprecio por parte de infantería y de la policía y siendo golpeados. Estuvimos hasta el otro día donde nos liberan recién después de as 12 , aunque nos amenazaban que íbamos a quedarnos ahí hasta el lunes con todo lo que eso significaba para nosotros sin saber si nuestra familia no estaba siendo también castigada".

No parece ser, lamentablemente, un relato nuevo. La virulencia, el maltrato, la violación a los más elementales derechos contra integrantes de pueblos originarios que piden se respeten derechos del pasado y del presente. El mismo Serpaj, en parte de un comunicado expresa:  "las personas privadas de libertad no se encontraban cometiendo delito ni contravención alguna y su detención es una franca violación a la legislación provincial, nacional e internacional”.

CUANDO TENGA LA TIERRA…

Desde la conquista del desierto, las tierras que, por derecho y permanencia, le pertenecen a los pueblos originarios, fue avasallada y quitada.

A pesar del denodado esfuerzo periodístico, no fue posible encontrar testimonios documentales que avalen la quita de tierra que, ancestralmente, habitaban diaguitas en lo que hoy conocemos como Catamarca. Lo que está a la vista es que las extensiones donde estos pueblos residían hoy son aprovechadas por terratenientes tucumanos que cultivan cosechan papas.

El Cacique Zamorano es concreto: “ Los empresarios que sacan la producción del valle tienen una historia de maltrato, discriminación, usurpación, robos que se remonta a la época de la dictadura, cuando consiguen los títulos de propiedad de nuestro territorio y luego un fallo de la justicia tucumana que avala el despojo de las tierras de esta comunidad".

Son innumerables los relatos que coinciden con lo dicho por Tomás Zamorano. Lo relatan los campesinos de Santiago del Estero y en tanto otros lados de nuestro país, los mapuches en el sur, o los Tobas en Chaco.

Los diaguitas mantienen tradiciones que la supuesta civilización ha perdido. Ellos siguen respetando el tiempo, los años, y las personas mayores forman parte del concejo de ancianos que, desde la experiencia, aconsejan y relatan desde la memoria.

Germán Vivanco uno de estos sabios ancianos y consultado sobre la tierra reclamada, relata que “fue en el año 1986 o 1987 cuando los paperos llegaron a avasallar el campo, el pucara, y han quitado al tierra a los propietarios con escritura ilegal en la mano, porque ha habido un gobernador en esa época q ha avalado para el bienestar de esta gente”.

No solo menciona la usurpación, también relata cómo han modificado la armonía natural, principio básico para su cosmovisión: “Cuando ellos entraron se han terminado las vacas, las ovejas, las yeguas, todo animal que había en ese campo, lo han matado porque vinieron a sembrar papa, y no le han pagado nada a los propietarios de los animales, encerraban el campo dejaban 20, 40, 50 yeguas que se secaban de hambre y sed se morían amontonadas junto al alambrado. A la hacienda vacuna le metían bala. Han contaminado el campo pucara como nadie puede imaginarse, da lástima todavía ver ese campo con tanta contaminación, han destruido todos los principios arqueológicos y sagrados de nuestro pueblo”.

Desde el domingo los detenidos lograron la libertad. El cacique reconoce la solidaridad de la gente que presionó para que fueran liberados y, como no podía ser de otra manera, agradece a su deidad: "Gracias a la pachamama salimos fortalecidos, caminamos por la calle sin agachar la cabeza sabiendo que hicimos algo que nosotros lo sentimos, lo pensamos y lo llevamos a la práctica. Seguimos con la idea de que los paperos no tienen que ingresar más a Aconquija hasta que se caiga esa mentira de que son los propietarios de la tierra".