En Vivo

13 de septiembre de 2019


En la mañana del 13 de septiembre de 2018, la abogada Alicia Beatriz Arzadum fue baleada cuando se disponía a salir de su domicilio, sobre el Pasaje Leiva en la intersección con calle Javier de la Rosa al 2300. La mujer de 65 años murió horas más tarde en el Hospital Cullen. A un año del crimen, no hay detenidos, no hay pistas firmes sobre el autor del ataque ni sobre el móvil de un asesinato que sigue impune.

Momentos después del hecho, su hermana Amelia, quien estaba en la vivienda al momento del suceso, relató que Alicia estaba saliendo hacia una audiencia en el tribunal de familia. También detalló que cuando fue atacada, Arzadum estaba esperando a su hija en el auto para marcharse juntas. La joven fue testigo de la escena y la primera en pedir ayuda para su madre: “Me desperté porque escuché un disparo y los gritos de mi sobrina”, dijo Amelia.

A partir de allí, la investigación encabezada por el fiscal Andrés Marchi recorrió diversas hipótesis pero nunca se encarriló sobre un camino de indicios firmes. Los primeros testimonios apuntaban a un desconocido encapuchado, que se acercó, efectuó el disparo a quemarropas y se retiró caminando. Se apuntó así a un crimen "por encargo". Sin embargo, los resultados de la autopsia la habrían descartado.

Algunos días después, la atención de los investigadores se desviaron hacia la responsabilidad que podría tener María Emilia, la hija de la víctima. Se secuestró su teléfono celular y fue citada a declarar a la fiscalía. Aunque luego la línea investigativa en ese sentido se diluyó.

A un año del asesinato de Alicia Arzadum hay muy pocas certezas, muchos interrogantes y ninguna respuesta. La fiscalía encabezada por Andrés Marchi no pudo colectar pruebas suficientes para determinar al menos quien fue el autor del crimen. No hay imputados, no hay detenidos y, por ahora, no hay justicia.