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Caos y miedo en la capital de Sri Lanka cuatro días después de los atentados

25 de abril de 2019


El miedo se resiste a dejar las calles de Colombo. La capital de Sri Lanka, donde nueve terroristas mataron a al menos 359 personas tras hacerse estallar en varios hoteles e iglesias el pasado domingo, tuvo que ver cómo cerraban al tráfico la calle del banco central y la carretera principal que conduce al aeropuerto de la ciudad por una amenaza de bomba, cuatro días después de los atentados en serie.

La calle del banco, un edificio cerca del World Trade Center, permanecía cerrada la mañana del jueves a la espera de que se levantara la alerta de seguridad, mientras que la carretera se abrió al constatar que el vehículo sospechoso estacionado en las inmediaciones del aeropuerto era una falsa alarma.

Además, varias empresas instaladas en el centro de Colombo aconsejaron a su personal a no salir de los edificios hasta las dos de la tarde. John Keells Holdings, la empresa matriz del hotel Cinnamon Grand, uno de los hoteles afectados por los atentados del domingo de Pascua, envió un correo electrónico a su personal sobre una amenaza no especificada.

Un portavoz de la policía también dijo que hubo una explosión de un artículo sospechosos en un basurero en Pugoda, a unos 35 kilómetros al este de Colombo, mientras continúa la búsqueda de explosivos en el país. No hubo víctimas. No fue una detonación controlada como otras explosiones en los últimos días y estaba siendo investigada.

En tanto, la autoridad de aviación civil de Sri Lanka prohibieron el vuelo de aviones no tripulados y drones “en vista de la situación de seguridad existente en el país”, según un comunicado.

En el pasado, los militantes utilizaron drones para llevar explosivos. Las fuerzas iraquíes tuvieron dificultades para derribarlos mientras expulsaban al grupo del Estado Islámico, cuyos miembros cargaban drones con granadas o simples explosivos para atacar a las fuerzas gubernamentales. Y los rebeldes hutíes de Yemen han usado aviones no tripulados más recientemente para atacar un desfile militar en enero donde hubieron víctimas.

Los incidentes de hoy reflejan el nerviosismo que se respira en la traumatizada nación, cuyas autoridades enfrentan enormes críticas por haber eludido las advertencias de sus agencias de seguridad.

Por otro lado, las autoridades continuaron con las detenciones, que este jueves ascienden a 76 personas. Al menos 16 personas, entre ellas extranjeros, fueron arrestados de la noche a la mañana para ser interrogados a medida que la policía se adentra en la investigación de los atentados, que podrían ser la operación más letal del Estado Islámico, si se confirmara la autoría reclamada sin aportar pruebas por el grupo terrorista.

Poco a poco ha surgido una imagen de un grupo de nueve terroristas suicidas islamistas y bien educados, entre ellos una mujer, que llevó a cabo los ataques en la nación del sur de Asia. Sin embargo, las autoridades también han centrado sus investigaciones en los vínculos internacionales con los grupos islamistas nacionales (National Thawheed Jama’ut y Jammiyathul Millathu Ibrahim) que creyeron que llevaron a cabo los ataques.

El Estado Islámico lanzó un video el martes que mostraba a ocho hombres, todos menos uno con el rostro cubierto, de pie bajo una bandera negra del Estado Islámico y declarando su lealtad a su líder, Abu Bakr Al Baghdadi.

El hombre cuyo rostro se podía ver ha sido identificado como Mohamed Zahran, un predicador del este de Sri Lanka conocido por sus opiniones militantes que los funcionarios creen que fue el cerebro del ataque.

El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el jueves que otro de los terroristas había vivido en Australia con su esposa y su hijo con un visado de estudiante, pero se fue en 2013. Morrison no identificó al hombre, aunque su familia dijo que se llamaba Abdul Latheef Mohamed Jameel. “Puedo confirmar que el atacante suicida había estado en Australia”, dijo Morrison a los periodistas.

Un agente de seguridad británico también confirmó que se cree que uno de los suicidas estudió en el Reino Unido entre 2006 y 2007. El funcionario de seguridad, quien habló bajo condición de anonimato debido a la naturaleza sensible de la investigación, dijo que la inteligencia británica no estaba vigilando a Abdul Lathief Jameel Mohamed durante su estancia en el país.

Una declaración policial informó que uno de los detenidos durante la noche estaba vinculado a una “organización terrorista”, pero no dio más detalles. Además, añadió que otra persona fue puesta bajo arresto después de que investigaron publicaciones en la página de Facebook del individuo y encontraron lo que describieron como “discurso de odio”. “Estaba relacionado con la propagación y la predicación del terrorismo”, dijo un portavoz de la policía.

La policía apuntó que un egipcio y varios pakistaníes se encontraban entre los detenidos durante la noche, aunque no hubo una sugerencia inmediata de que tuvieran vínculos directos con los ataques.

Respecto al egipcio detenido, éste no tenía visado ni pasaporte válido. El hombre enseñaba árabe en una escuela a unos 70 km de Colombo y había estado viviendo en Sri Lanka durante más de siete años.

 

Fuente: La Vanguardia