Médicos del Hospital José María Cullen están realizando intervenciones quirúrgicas a presos, en la sala penitenciaria, con sus rostros cubiertos, por cuestiones de seguridad.
Trascendió que esta situación insólita viene ocurriendo hace un tiempo pero esta semana y la que viene han sido claves para un pedido formal de los médicos de operar a internos, sobre todo los denominados de “alto perfil” –especialmente narcotraficantes-, con sus caras tapadas para resguardar su identidad y su integridad.
El reconocido Hospital de la ciudad de Santa Fe tiene, entre otras cosas, la única sala penitenciaria con quirófano de la provincia, y allí son derivados los internos cuando se producen peleas entre ellos, por ejemplo.
Tengamos en cuenta que al efector de la capital provincial son traídos reclusos de todo tipo de peligrosidad, desde cualquiera de los presidios santafesinos, incluidos los que hay en Rosario y zona de influencia, agregando a la operación en sí misma, el riesgo del traslado de casi 160 kilómetros a sabiendas de los antecedentes que hay en la materia.
Pero no solamente el resguardo de sus caras tiene que ver con los pacientes que a su vez son reclusos o detenidos, sino también se vincula a no ser identificados por los familiares de quienes son operados.
De hecho, en un anticipo exclusivo que realizó el periodista Juani Citroni en Veo Noticias, en diálogo con Andrea Scándolo, se dio a conocer que fuentes hospitalarias relataron que esta semana hubo una intervención obstétrica, con la paciente en calidad de detenida pero despierta y como no había máscaras ni capuchas para cubrir sus rostros, los médicos operaron vendados “como momias” (SIC).
A esto hay que agregarle que la semana que viene habrá otra intervención quirúrgica a un reo de alto perfil, por lo que directamente, según pudo saber Veo Noticias, el área de costurería del centro asistencial está fabricando máscaras especiales estilo capuchas para que los médicos, enfermeros, auxiliares y todo aquel que participe de esta práctica, se tapen la cara en el pre y post operatorio y durante la intervención propiamente dicha.
“Los presos de alto perfil están vinculados al narcotráfico generalmente, desde el hospital nos contaban que esto se hace así ahora porque antes los presos eran distintos y hoy en día los trabajadores y profesionales del Cullen tienen miedo, aunque el preso esté esposado, aunque haya policías y guardiacárceles alrededor” contó Citroni, dando cuenta de que esa extremada e insólita precaución se da por una primaria cuestión de autoresguardo pero también ante la posibilidad de que la operación no termine bien para el paciente-recluso.
Se espera a partir de este anticipo exclusivo de Veo Noticias, una respuesta de los ámbitos oficiales, tanto del mismo hospital, como de los gremios, y o de los Ministerios de Salud y de Justicia y Seguridad de la provincia.
