En Vivo

03 de julio de 2018


Ayer a la tarde, 3 personas fueron detenidas en el Hospital Alassia después de que la mamá de una paciente advirtiera que estaban vendiendo drogas en uno de los pasillos y diera aviso a la policía. Así fueron apresados 2 hombres y una mujer, en poder de quiénes la policía secuestró varias dosis de marihuana fraccionadas para su comercialización y dinero en efectivo. Uno de los hombres y la mujer son pareja y estaban con la hija de ambos, una nena de sólo 3 años a quién seguramente utilizaban para entrar, permanecer y salir del hospital sin despertar mayores sorpresas.

Los chicos no tienen la culpa y son permanentemente utilizados y expuestos por sus padres no sólo a situaciones peligrosas sino también a participar de sus delitos. Los chicos no eligen, no tienen la culpa y en la mayoría de los  casos se llevan la peor parte.

Otro episodio tuvo entre sus protagonistas a una nena de 4 años. La policía detecta a un joven forzando la puerta de  un automóvil con fines de robo en la zona del Parque Garay, esta madrugada. Cuando le dieron la voz de alto, una mujer que lo esperaba a bordo de una moto junto a su hija  se dio a la fuga. En el trayecto, la menor cae de la moto, la mujer sigue su marcha hasta que es detenida una cuadra más adelante.

La nena fue trasladada al Hospital de Niños donde los médicos le constataron politraumatismos en la cabeza como consecuencia de la caída y la dejaron internada en observación.

Esta nena tampoco tiene la culpa. Su madre no sólo acompañaba a un sujeto que cometió un delito  - tentativa de robo – sino que además portaba debajo del asiento de su moto un arma de fuego. Era su cómplice y estaba dispuesta a todo, incluso a poner en riesgo la vida de su pequeña hija. La mujer de 24 años, está detenida y enfrenta cargos por los delitos de lesiones dolosas agravadas por el vínculo y portación indebida de arma de fuego de uso civil.

El tercer hecho, el más grave de todos, terminó de la peor manera. Esta mañana, personal del servicio de Emergencias 107 rescató a una precaria vivienda ubicada en la zona de la costa a un bebé de poco más de 2 meses de vida. Lograron reanimarlo, pero poco después el bebé murió. Los médicos que lo recibieron en el Hospital Alassia indicaron que habrá que esperar para determinar la causa de muerte, que pudo ser una boncoaspiración.

Él tampoco tuvo la culpa. Estaba viviendo en condiciones infrahumanas. En una vivienda construída con chapas que poco podía resguardarlo de las bajas temperaturas.

Los chicos no tienen la culpa. Terminan pagando  -incluso con sus vidas - la irresponsabilidad de sus padres, de la desidia de la sociedad y de las situaciones adversas que marcan su vida y que claramente no eligen.

Los chicos no tienen la culpa, los adultos sí. Poco estamos haciendo por ellos. Nada estamos haciendo por modificar situaciones que como queda demostrado no dan una segunda oportunidad.